Base Bíblica:
“La noticia de estos sucesos llegó a oídos de la iglesia de Jerusalén, y mandaron a Bernabé a Antioquía. Cuando él llegó y vio las evidencias de la gracia de Dios, se alegró y animó a todos a hacerse el firme propósito de permanecer fieles al Señor, pues era un hombre bueno, lleno del Espíritu Santo y de fe. Un gran número de personas aceptó al Señor. Después partió Bernabé para Tarso en busca de Saulo, y, cuando lo encontró, lo llevó a Antioquía. Durante todo un año se reunieron los dos con la iglesia y enseñaron a mucha gente. Fue en Antioquía donde a los discípulos se les llamó cristianos por primera vez.” Hechos 11:21-26
La experiencia que los discípulos de Jesús tuvieron el día del pentecostés, no solo les trajo nuevas lenguas y gozo desbordado, sino que, además, produjo una nueva identidad, “fueron llamadas por primera vez: cristianos”. Dicho con otras palabras, “enviados o apóstoles”. La identidad principal que en ellos se forjo fue el apostolado, pero no desde una perspectiva de jerarquía eclesial, sino, la del sentido original de la palabra. Cristianos venia de la palabra griega Cristo, la cual equivale al vocablo hebreo Mesías, que significa “enviado”. De ahí pues, que el Espíritu Santo nos envía a cumplir con la gran comisión.
Amado líder, encontrarte en estos 21 días con el Espíritu Santo, forjara una identidad de poder. Es decir, harás los milagros y las señales que Jesús y sus discípulos efectuaron en el siglo primero. Eso nos identifica como “cristianos”, la gente reconocerá la gracia, el poder y la autoridad de Dios actuando en nuestras vidas.
Recuerda estimado líder, un “cristiano-enviado”, no solamente se distingue por que proclama las buenas nuevas de salvación, sino porque lleva a cabo las obras de Jesús. “De cierto, de cierto os digo: El que en mi cree, las obras que yo hago, el las hará también; y aun mayores hará, porque yo voy al Padre. Y todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, lo hare, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Si algo pidiereis en mi nombre, yo lo hare: (Juan 14:12-14). El Espíritu Santo produce en la vida del líder la identidad de la fe, de una mentalidad de absoluta confianza en Dios, no importa cual sea la circunstancia que atraviese, el siempre confía en que Dios la hará mas que un vencedor.
7 Rasgos de identidad que el Espíritu Santo produce en el creyente:
1. Una nueva mentalidad.
2. Una actitud positiva.
3. Un lenguaje cristiano.
4. Un espíritu de adoración.
5. Un corazón sensible a las necesidades de la gente.
6. Una alegría desbordada.
7. Una responsabilidad que distingue de los demás.
