
Base Bíblica:
“A eso de la medianoche, Pablo y Silas se pusieron a orar y a cantar himnos a Dios, y los otros presos los escuchaban. De repente se produjo un terremoto tan fuerte que la cárcel se estremeció hasta sus cimientos. Al instante se abrieron todas las puertas y a los presos se les soltaron las cadenas.” Hechos 16:24-25
Ser lleno del Espíritu Santo trae consigo una nueva manera de adorar a Dios, esa conexión espiritual que se alcanza en esta nueva etapa de la vida, nos lleva a tocar el maravilloso manto de Jesús, logrando así “inquirir en su santo templo”. Quien tiene esa experiencia con Dios, al ser lleno de su Espíritu, discernirá de una manera natural, que su adoración a Jesucristo debe de ser en Espíritu y verdad, es decir una genuina adoración que sale de lo mas profundo de su ser, para rendirse plenamente y postrarse ante su gloria.
Adorar a Dios se convierte en un estilo de vida para el líder que esta lleno del Espíritu Santo, es algo continuo; agradar al Señor es el principal propósito de su vida, su ministerio es una manera de adorar al Señor, ya que se rinde con todo su corazón y este llega a ser una ofrenda de olor grato. Somos desafiados a ser “adoradores”, postramos ante la maravillosa presencia de Dios.
Es tan maravilloso adorar a Dios, al hacerlo, se activa un poder de Dios de manera asombrosa. Pablo y Silas estaban encarcelados “en el calabozo de mas adentro” y ellos se rindieron a Dios en adoración, llegando la presencia del Señor de una manera tan especial, que “aquel lugar tembló, los cepos fueron rotos y las puertas se abrieron”. Esta adoración impacto de tal manera, que los liberto y convirtió en corazón del carcelero de Filipos.
Cuando un líder se sumerge en una genuina adoración, los milagros comienzan a suceder en su célula, hay presencia de Dios, hay conversiones, hay sanidades, porque esa adoración agradable al Señor atrae la gloria de su poder. Aquella hora marco la vida del carcelero, esa adoración fluyo de tan manera que obro y transformo su manera de sentir y de pensar. Así debemos de buscar que suceda en nuestras células, que cada reunión de alcance se distinga por el desbordar de la gloria de Dios.
7 Bendiciones recibidas al adorar a Dios.
1. Nos conectamos con Dios.
2. Un gozo desbordado.
3. Sentimos paz.
4. Recibimos sanidad.
5. Nos volvemos sensibles al Espíritu Santo.
6. Nuestro corazón se dispone para adorar a Dios.
7. Agradamos a Dios al rendirnos en adoración para El.
